jueves, 3 de mayo de 2012

El ahorro


El ahorro

Algunos animales, entre ellos las hormigas, han descubierto la importancia de guardar provisiones en época de abundancia para soportar el invierno y la escasez.

Muchas personas, por el contrario, no han hecho ese descubrimiento en sus vidas.

No es que no hayan oído hablar del ahorro y de su necesidad sino que no saben cómo ahorrar con constancia y disciplina.

Lo más que han escuchado es que sus padres les digan: ¡Ahorre mijo!, pero nadie les ha enseñado a hacerlo de manera práctica y efectiva.

En primer lugar, el ahorro debe ser una manera integral de ver la vida y no solo está referida al dinero.

Veamos unos ejemplos: cuando un padre de familia les enseña a sus hijos a cuidar su ropa, está ahorrando.

Si les inculca el cuidado de la casa y los muebles, está ahorrando.

Cuando aprenden el valor que tiene educarse con seriedad, están previendo su futuro.
Cuando a los hijos se les compra únicamente lo que de verdad necesitan, se les está enseñando el valor del dinero y su uso racional.

Aprender a valorar la comida y no desperdiciarla les enseñará a ahorrar, a utilizar el dinero de la mejor manera.

Cuando se les enseña a aprovechar el tiempo haciendo deporte, estudiando, leyendo, ayudando en la casa, se les está formando para que valoren el tiempo y no desperdicien sus vidas. Eso es prever.

Con lo anterior, los adultos les dan ejemplos prácticos de previsión y ahorro a los niños.

No olvidemos que el ahorro exige que las personas cultiven dos cualidades: La constancia y la disciplina.

La constancia, porque si no se ahorra de manera continua, no funciona.

Si usted decide ahorrar una cantidad semanal y una semana cumple su meta y otras dos semanas no, termina desanimándose y olvidando el asunto.

El ahorro funciona si se hace de manera metódica y cumplida. De resto, olvídese.

Disciplina: la disciplina es imprescindible si usted algún día quiere ahorrar y ver los frutos de su ahorro.

Disciplina significa sacrificio, esfuerzo, tenacidad. Tener fuerza de voluntad para dos cosas: ahorrar cumplidamente la cifra que se propuso y hacerlo en el momento indicado.

Si se puso la meta de guardar 10 dólares cada semana debe ponerlos cada siete días en su cuenta del banco o en una alcancía. Es así de sencillo y así de serio el asunto del ahorro efectivo.

Recuerde que si está ahorrando para el estudio de su hijo y se le presentan otros gastos no debe tocar ese dinero. Si lo hace, daña el proceso del ahorro.

Tener que volver a empezar y el dolor de haberse gastado lo que ya había reunido lo desanimará y habrá dado al traste con su propósito de ahorrar.

Es importante que sea realista y se proponga metas alcanzables, que pueda cumplir. Cada vez que logre una pequeña meta de ahorro se animará más para lograr la siguiente y será una meta cada vez más grande.

El ahorro es paradójico. La mejor fórmula que he visto funcionar es la siguiente: ahorrar una pequeña cifra, con constancia, durante un periodo de tiempo, acorde a la meta propuesta, sin desfallecer y sin hacer uso de ese ahorro solo porque apareció un gasto inesperado, pues seguro que podemos, con creatividad, resolverlo sin tocar los ahorros.

En resumen:
-         Pequeña cantidad
-         Constancia
-         Disciplina
-         Periodo de tiempo acorde con la meta
-         No tocar el ahorro hasta cumplir el plazo y la cantidad que nos habíamos propuesto.

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