El ahorro
Algunos animales, entre ellos las
hormigas, han descubierto la importancia de guardar provisiones en época de
abundancia para soportar el invierno y la escasez.
Muchas personas, por el contrario,
no han hecho ese descubrimiento en sus vidas.
No es que no hayan oído hablar del
ahorro y de su necesidad sino que no saben cómo ahorrar con constancia y
disciplina.
Lo más que han escuchado es que sus
padres les digan: ¡Ahorre mijo!, pero nadie les ha enseñado a hacerlo de manera
práctica y efectiva.
En primer lugar, el ahorro debe ser
una manera integral de ver la vida y no solo está referida al dinero.
Veamos unos ejemplos: cuando un
padre de familia les enseña a sus hijos a cuidar su ropa, está ahorrando.
Si les inculca el cuidado de la casa
y los muebles, está ahorrando.
Cuando aprenden el valor que tiene
educarse con seriedad, están previendo su futuro.
Cuando a los hijos se les compra únicamente
lo que de verdad necesitan, se les está enseñando el valor del dinero y su uso
racional.
Aprender a valorar la comida y no
desperdiciarla les enseñará a ahorrar, a utilizar el dinero de la mejor manera.
Cuando se les enseña a aprovechar el
tiempo haciendo deporte, estudiando, leyendo, ayudando en la casa, se les está
formando para que valoren el tiempo y no desperdicien sus vidas. Eso es prever.
Con lo anterior, los adultos les dan
ejemplos prácticos de previsión y ahorro a los niños.
No olvidemos que el ahorro exige que
las personas cultiven dos cualidades: La constancia y la disciplina.
La constancia, porque si no se
ahorra de manera continua, no funciona.
Si usted decide ahorrar una cantidad
semanal y una semana cumple su meta y otras dos semanas no, termina
desanimándose y olvidando el asunto.
El ahorro funciona si se hace de
manera metódica y cumplida. De resto, olvídese.
Disciplina: la disciplina es
imprescindible si usted algún día quiere ahorrar y ver los frutos de su ahorro.
Disciplina significa sacrificio,
esfuerzo, tenacidad. Tener fuerza de voluntad para dos cosas: ahorrar
cumplidamente la cifra que se propuso y hacerlo en el momento indicado.
Si se puso la meta de guardar 10
dólares cada semana debe ponerlos cada siete días en su cuenta del banco o en
una alcancía. Es así de sencillo y así de serio el asunto del ahorro efectivo.
Recuerde que si está ahorrando para
el estudio de su hijo y se le presentan otros gastos no debe tocar ese dinero.
Si lo hace, daña el proceso del ahorro.
Tener que volver a empezar y el
dolor de haberse gastado lo que ya había reunido lo desanimará y habrá dado al
traste con su propósito de ahorrar.
Es importante que sea realista y se proponga
metas alcanzables, que pueda cumplir. Cada vez que logre una pequeña meta de
ahorro se animará más para lograr la siguiente y será una meta cada vez más
grande.
El ahorro es paradójico. La mejor fórmula
que he visto funcionar es la siguiente: ahorrar una pequeña cifra, con
constancia, durante un periodo de tiempo, acorde a la meta propuesta, sin
desfallecer y sin hacer uso de ese ahorro solo porque apareció un gasto inesperado,
pues seguro que podemos, con creatividad, resolverlo sin tocar los ahorros.
En resumen:
-
Pequeña
cantidad
-
Constancia
-
Disciplina
-
Periodo
de tiempo acorde con la meta
-
No
tocar el ahorro hasta cumplir el plazo y la cantidad que nos habíamos propuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario